Las alas negras del cóndor son un cielo ensombrecido que anticipa el atardecer. El puma es el ojo de la tierra. El amaru, la serpiente mítica, delinea los ciclos de vida y muerte que envuelven a peces, aves, felinos, insectos y humanos. En las pinturas, esculturas, grabados y collages de Josué Sánchez (Huancayo, Perú, 1945) coinciden seres y tiempos en mundos desplegados entre la iconografía de los textiles andinos, la arquitectura y los apus o montañas sagradas. El aliento del tiempo convoca los saberes del pasado. Dualidades en conflicto, pero que constituyen fuentes de subsistencia, fertilidad y trascendencia. El tiempo del mito es una respuesta para las crisis contemporáneas. Un aliento que nutre reflexiones sobre el contexto actual, sus conflictos y violencias. El soplo fugaz y constante sustenta al caos, así como aspira al orden, la armonía y solidaridad. Una imaginación que sueña la recuperación de medios para la continuidad y la reconstrucción de futuros posibles.
Josué Sánchez es un artista peruano con una sostenida labor de más de cinco décadas y propuestas emblemáticas para la historia del arte peruano, como sus murales en el Convento de Santa Rosa de Ocopa, la iglesia de Chongos Alto o sus obras con referencias a la literatura peruana del siglo XX. Ha contribuido a los debates sobre la historia y pintura en los Andes peruanos, la identidad y universalidad de las expresiones artísticas y la modernidad andina. Tiene una amplia experiencia de investigación sobre la iconografía de los textiles, el arte y la literatura andina, la arquitectura rural y los saberes de las plantas y seres espirituales. Sus pinturas más actuales surgen frente a la grave crisis política del Perú —de décadas de corrupción, discriminación y desigualdad—, pero sus obras proponen un eco hacia múltiples contextos contemporáneos, a preocupaciones comunes que pueden enfocarse desde el reconocimiento de los saberes míticos andinos y de las expresiones de creación del Perú. En El aliento del tiempo las deidades se enfrentan, los pueblos protestan, las casas vacías son testigos de la muerte y la violencia. Además, los dioses cosechan y dan frutos, la chicha se comparte, los astros, animales, humanos y plantas persisten unidos por una misma fuente vital. Josué afirma una esperanza tenaz en una posible reconstrucción. Sus obras cargan con la certeza de una visión integradora, que convoca, inventa y concibe.
Las pinturas de Josué se distinguen por los planos definidos y colores de gran intensidad, así como por la vitalidad de composiciones geométricas que enfatizan los vínculos entre elementos sobre las tramas del textil, las estructuras de las viviendas rurales, los cuerpos de los apus y las divinidades andinas junto a las constelaciones y los astros. Su primera exposición individual en Espacio Enhorabuena en Madrid toma el título de su obra El aliento del tiempo (2025). En ella Josué representa una red de convivencia entre seres en medio del Uku Pacha (mundo de abajo), el Kay Pacha (mundo del aquí y ahora) y el Hanan Pacha (mundo de arriba). La mitología como aliento de los tiempos pasados convoca una visión múltiple. Hay seres divinos como Wiracocha, el creador del Universo, el eje que todo lo habita y lo sustenta. También divinidades femeninas, como Mama Huaco, extendiendo sus presencias y su luz hacia el cielo. Los animales, zorros, felinos o aves transitan la montaña, así como son también montaña en su propia piel, en las incisiones de los petroglifos. La Tierra, la Cruz del Sur, El Sol y la Luna están sostenidas sobre el vuelo del cóndor. Unas alas que abrazan muchas existencias y escalas. Un tiempo mítico habitado por encuentros y también disputas, con el amaru, las ramas y raíces de los árboles y las paredes de piedra tejiendo los espacios. Josué propone reconocer las continuidades entre este pensamiento mítico y el ciclo actual para imaginar medios de vida que reparen los vínculos solidarios entre seres y aspiren a una reconstrucción de una convivencia equilibrada, con este soplo de lo antiguo que se hace presente para recordar la esperanza y posibilidad de los renacimientos.
Giuliana Vidarte