Para El bolsillo del muerto, episodio, Condición ephemera, los objetos residuales sirven de pistas con las que se accede al desastre que el entorno laboral se empeña en disimular. Los ambientes de oficina y coworking que se enuncian como cúspides del civismo, contienen deshechos, repeticiones y excesos. La pintura los enaltece al nivel de evidencia la cual no acusa ni absuelve, solo les permite pesar en su presencia mínima.
Esta muestra es la acumulación de un hombre que en vez de emprender, pinta cráneos y mejillones. Se sienta a retratar la vida que rechazó. Convenciéndose de que la materialidad pesadillezca de la empresa no lo toca, solo moldea su bolsillo. Hijo menor que con los objetos sueltos compone un altar al tiempo que se desea perder. (…)
Texto de F. Tibiezas Dager @tibiezas , 2023